Hoy 30 de Diciembre de 2007, se cumplen siete años de la muerte de mi madre. Yo intento (sin conseguirlo) pasar el día lo mejor que puedo, pero no puedo evitar el llorar su ausencia. Nos dejó a todos descolocados, como podía haber ocurrido. Ella era la persona más buena que jamás he conocido, siempre ayudando a los demás, sin preocuparse nunca por ella misma.
Pero no todos pudimos superar su ausencia, mi padre quiso irse con ella, y lo logró. Nos dejó a los cinco meses y medio.
Desde aquí quiero decirles, que aunque vayan pasando los años, siempre nos acorderemos mucho de ellos.
Dentro de nuestro corazón los seguimos sintiendo vivos, y en nuestros sueños, podemos verlos y abrazarlos. Nos queda el mejor recuerdo, la alegría que tenían y el amor que sentían hacia aquellos que realmente amaban.
Hemos de disfrutar la vida que tenemos, aunque pasemos por momentos muy duros. Porque la felicidad dura poco y no sabemos valorarla.
Valorar todo aquello que os rodea, y no seais egoístas.
VIVIR LA VIDA
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